Reseña #31 | Fahrenheit 451
Ficha:
ISBN: 978-258275-0| Páginas: 168 | Editorial: Ediciones del subsuelo
| Clásico; Ciencia Ficción; Distopía | ⭐⭐⭐⭐ ,5|
Fahrenheit 451 ofrece la historia de un sombrío y horroroso futuro. Montag, el protagonista, pertenece a una extraña brigada de bomberos cuya misión, paradójicamente, no es la de sofocar incendios sino la de provocarlos, para quemar libros. Porque en el país de Montag está terminantemente prohibido leer. Porque leer obliga a pensar, y en el país de Montag está prohibido pensar. Porque leer impide ser ingenuamente feliz, y en el país de Montag hay que ser feliz a la fuerza...
Hoy traigo la reseña de Fahrenheit 451. Este libro lo tuve conmigo unos meses antes de animarme a empezarlo, lo cierto es que leer un clásico me daba un poco de miedo, sobre todo porque hay mucha expectativa, tanta gente diciendo que es genial que te da miedo decepcionarte; por suerte, este no fue el caso.
Fahrenheit 451 es un libro de ciencia ficción distópica escrito por Ray Bradbury. Quienes lleven algún tiempo leyendo el blog, sabe que no me puedo resistir al género distópico desde haber debutado leyendo la saga de Los Juegos del Hambre, por lo cual, leer este libro fue un verdadero placer.
El autor nos sitúa en un futuro en el que los libros están prohibidos, los bomberos, en lugar de apagar incendios, los provocan, y la gente esta cegada creyendo todo lo que ve en la televisión, que es, justamente, una pequeñísima muestra de la realidad. La gente vive "feliz" vagando en una ignorancia cada vez mayor, viendo sólo lo que los dueños del mundo quieren que vean, no se preguntan el por ´que de las cosas, no buscan una variable, simplemente aceptan lo que se les cuenta.
-Déjame tranquila -dijo Mildred-. Yo no he hecho nada.
-¡Dejarte tranquila! Eso está muy bien, pero, ¿cómo puedo dejarme tranquilo a mí mismo? No necesitamos que nos dejen tranquilos. De cuando en cuando, precisamos estar seriamente preocupados.
Una de las cosas más impactantes (y escalofriantes) de leer esta historia es lo cerca que lo veo en nuestro futuro, la sociedad esta avanzando tanto en algunas cosas y retrocediendo tanto en otras que realmente no está claro dónde vamos a parar.
En fin, volviendo a la historia, hablemos un poco de nuestro protagonista, Montang.
Un bombero que esta presuntamente de acuerdo con su trabajo y ha vivido toda su vida como una pieza más de esta sociedad domesticada, por decirlo de alguna manera, hasta que un buen día, algo, o mejor dicho, alguien, lo hace despertar.
-Vive como si fueras a morir dentro de diez segundos. Ve al mundo. Es más fantástico que, cualquier sueño real o imaginario. No pidas garantías, no pidas seguridad. Nunca ha existido algo así.
Este libro me hizo sufrir, mucho. Me pasó que realmente me metí en la piel del protagonista y resultó abrumador. Imagínense vivir toda la vida haciendo cosas por inercia y un día darte cuenta de que las podés hacer de manera diferente, que existe la posibilidad del cambio, de la duda, darte cuenta de que hay millones de opciones y puntos de vista. Sería fabuloso, sí, pero también te volvería loco al principio, que fue lo que me pasó con este libro exactamente.
El despertar de Montang es abrupto, tosco, dramático, real. Necesitaba hacer pausas en la lectura para reflexionar lo que estraa pasando ya que por momentos se tornaba confuso (y es en parte por eso que no se lleva la nota máxima).
-¿Por qué desperdiciar sus horas finales, dando vueltas en su jaula y afirmando que no es una ardilla?
Estoy sumamente contenta con esta lectura y la recomiendo más allá de que no sea tu género predilecto. Por último les dejo una de las frases que más me gustaron:
-Cuando muere, todo el mundo debe dejar algo detrás, decía mi abuelo. Un hijo, un libro, un cuadro, una casa, una pared levantada o un par de zapatos. O un jardín plantado. Algo que tu mano tocará de un modo especial, de modo que tu alma tenga algún sitio a donde ir cuando tú mueras, y cuando la gente mire a ese árbol, o esa flor que tú plantaste, tú estarás alí. «No importa lo que hagas -decía -, en tanto que cambies algo respecto a como era antes de tocarlo, convirtiéndolo en algo que sea como tú después de que separes de ellos tus manos. La diferencia entre el hombre que se limita a cortar el césped y un auténtico jardinero está en el tacto. El cortador de césped igual podría no haber estado allí, el jardinero estará allí para siempre.»
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