#NiUnaMenos

Hoy se llevó a cabo en la ciudad de Buenos Aires, Argentina, que es dónde vivo actualmente, un paro y una marcha en el margen de la campaña de #NiUnaMenos.

Miles de mujeres, vestidas de negro, bajo una intensa lluvia y al grito de "Ni una menos, vivas nos queremos" tomaron las calles porteñas en su primer paro contra la violencia de género y los femicidios. - Diario El Patagónico.


Si bien el blog no trata de este tipo de temas, en esta oportunidad lo sentí necesario. En mi opinión, es un tema que nos concierne a todos.

La reflexión es personal, pero me gustaría compartirles un par de pensamientos que tienen que ver con el tema:

Durante la infancia mi mamá mandaba a mi hermana a hacer los mandados al almacén, nunca me mandaba a mí. Yo empecé a ir al almacén a los trece años por propia voluntad.
Una vez mi papá se tuvo que cocinar él mismo porque mi mamá no estaba. Mi abuela se enteró y le hizo un escándalo a su nuera: «¿Cómo es posible, nena? ¡Él es el hombre de la casa!».
Entre los nueve y los catorce años escondí de mi papá las poesías que escribía para que no me creyera femenino. Entre los seis y los quince años jugué a deportes de fuerza para demostrar masculinidad.
Mi papá nunca pisó el almacén de enfrente. Tampoco nunca nos hizo el almuerzo o la cena. Nunca barrió el piso ni cosió un guardapolvos. Ninguna mujer de la casa se lo habría permitido.
En la adolescencia alguna amigas señalaron en mí actitudes machistas que yo no podía reconocer o me negaba a aceptar. Pasaba mucho en las sobremesas de los asados, mientras ellas levantaban los platos.
Hasta el final del siglo veinte (es decir, hasta mis treinta años), creí que machismo y feminismo eran dos extremos y me burlé de ambos como quien se burla de los veganos o de los hinchas de Vélez.
Al inicio de este siglo fui padre. En la crianza de mi hija practiqué la ironía seudo progre de decir (frente a ella) ‘puto’, ‘trola’, ‘negro’ y otro montón de tópicos que creía inofensivos.
También debatí sin argumento en sobremesas acaloradas y salieron de mi boca dos frases infames: «No todos los varones somos así» y «Estoy en contra de todo tipo de violencia».
Entre los treinta y los cuarenta años escribí más de quinientos textos cortos en internet. Hay por lo menos veinte que tienen alguna frase machista o alguna idea retrógrada que hoy me avergüenza leer.
A los cuarenta y tres años me pregunté por primera vez qué debía hacer con esos textos. ¿Borrarlos, modificarlos o dejarlos tal cual? Elegí mantenerlos; hacerme cargo del que fui para ser menos imbécil en adelante.
Todavía tengo en la cabeza frases en reparación. Lo descubro cuando personas más jóvenes me alertan: «¿Te parece que dos mochileras que van juntas ‘viajan solas’?». No es fácil soltar los lastres.
Pero también empiezo a percibir yo mismo las alarmas. Descubro solito símbolos mal puestos y barbaridades en los medios. Empiezo a sentir el placer de mis propias cáscaras cayendo.
Soy un varón heterosexual de 45 años. Me cuesta mucho, cada vez que lloro, no decir “parezco mina” o “me puse putito”. Son muchos años de ser un imbécil que se creía gracioso. Pero me esfuerzo porque entendí.
No voy a poner el avatar rosa en mi wasap. No voy a usar el hashtag ni voy a hacerme el copado. Mi único hashtag sincero es #MeHagoCargo. Solamente vengo a decir que soy culpable y que fui parte del problema.
Trato todos los días de estar atento a los símbolos y a lo tópicos. Ya no uso los ‘pero’ ni hago chistes de falso progresismo. Me ejercito para dar pelea incluso en lo dialéctico, que es donde más me cuesta.
Hoy es 19 de octubre y llueve. Soy casi un viejo y viví por todos lados. Quiero decir que jamás había visto a un grupo humano acorralar un problema arraigado con tanta fuerza, pasión y creatividad.
Esta lucha es, sin dudas, lo más revolucionario que le pasó al país en décadas. Un día vamos a mirar para atrás y nos parecerá increíble que nosotros hayamos tardado tanto en reaccionar.
Nuestros nietos, queridas, van a estar muy orgullosos de ustedes.
*****
Publicado el miércoles 19 de octubre
en http://editorialorsai.com/blog/post/mehagocargo "

Lo comparto porque fue de lo más honesto que leí sobre el tema. Es un lema que se debe inculcar todos los días pero lamentablemente la sociedad actual no lo tiene tan presente.

En segunda instancia, quiero contarles sobre la campaña: NUNCA MÁS A MI LADO.

En julio del 2010 NTVG  graba la canción “Nunca más a mi lado”, tema que aborda la problemática de la violencia doméstica.
A partir de este tema la banda se propone continuar sus acciones de denuncia y compromiso con el tema y une sus esfuerzos con la Bancada Bicameral Femenina y a la Red Uruguaya contra la Violencia Domestica y Sexual para lanzar una Campaña de prevención de la violencia doméstica. De esta forma se inicia un trabajo conjunto para definir criterios e implementar la campaña.
Varios músicos uruguayos como Sebastián Teysera, Larbanois y Carrero, Ruben Rada, Fernando Cabrera, Alejandro Spuntone, Federico Lima, y el escritor Eduardo Galeano han grabado la canción para difundir en medios de comunicación.
Conocé más haciendo click acá
Finalmente, les dejo el video de la canción de la banda uruguaya No te va gustar y los invito a reflexionar la verdad en su letra.

NUNCA MÁS A MI LADO - No te va gustar



“Hay criminales que proclaman tan campantes ‘la maté porque era mía’, así no más, como si fuera cosa de sentido común y justo de toda justicia y derecho de propiedad privada, que hace al hombre dueño de la mujer. Pero ninguno, ninguno, ni el más macho de los supermachos tiene la valentía de confesar ‘la maté por miedo’, porque al fin y al cabo el miedo de la mujer a la violencia del hombre es el espejo del miedo del hombre a la mujer sin miedo” Eduardo Galeano.



Letra de la canción:

La golpeó, puso un fierro en su pecho
Mató la esperanza de un hecho
Inventó un futuro deshecho

Salió así, su bravura cobarde infernal
Tristemente aceptada, normal
Hizo de eso un defecto

Generó movimiento violento en su ser
Nunca más pudo ella volver!
Fue el silencio en esencia

El valor y el amor, los dos juntos pudieron ganar
Chau adiós agresor

Y voló, siempre al viento le toca un adiós
Hay tormentas que quedan, que están
En la arena no vive
Pero puso amor a la vida, a ella misma, al dolor
El problema tiene solución
Es que a gritos lo pide

El valor y el amor, los dos juntos pudieron ganar
Chau adiós agresor

Puso un fierro en su pecho
Mató la esperanza de un hecho
Inventó un futuro deshecho.



Que este día nos sirva para reflexionar, digamos todos #NiUnaMenos. Nadie menos.

¡Gracias por leer!




4 comentarios:

  1. Yo seguí muy de cerca la noticia de esta marcha porque conozco los antecedentes de la misma. Considero que actualmente la violencia de género se puede considerar una de las peores enfermedades de la humanidad, quizás sea extremista al llamarla así, pero es que siento que como sociedad no veo que realmente se tomen medidas eficaces para evitarlo o en su defecto, para hacer justicia. No, la violencia de género afecta tanto lo físico, psicológico y lo social y en la mayoría de los casos nunca se logran recuperar. Por eso aplaudo la iniciativa las mujeres de tu ciudad que dan la cara y llaman la atención hacia el tema, basta de voltear para otro lado. Un besito 😘
    Odessa | Sweet & Books

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  2. Me parece genial que hayas decidido subir esta entrada. Un aplauso por ti.

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  3. Hola. Incluso aquí en España ha salido en las noticias todo esto. Me ha encantado la reflexión del hombre. Es cierto que se educa diferente a un hijo que a una hija, que es "normal" porque cada uno es diferente. La adolescencia de uno es distinta de la de otro... cuando son peques a uno le enseñas a hacer pis de pie a la otra sentada... pero lo que no es normal es que la hija tenga que levantarse a quitar la mesa o fregar los platos y el hijo con quitar lo suyo sea suficiente.
    Es la sociedad lo que está mal.
    Esperemos que nuestra generacion cambie esto y para la siguiente ya sea solo un mal recuerdo, porque mientras no vayamos mejorando siempre habrá todo tipo de voilencia hacia la mujer.
    Besooos!

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  4. Hola. Incluso aquí en España ha salido en las noticias todo esto. Me ha encantado la reflexión del hombre. Es cierto que se educa diferente a un hijo que a una hija, que es "normal" porque cada uno es diferente. La adolescencia de uno es distinta de la de otro... cuando son peques a uno le enseñas a hacer pis de pie a la otra sentada... pero lo que no es normal es que la hija tenga que levantarse a quitar la mesa o fregar los platos y el hijo con quitar lo suyo sea suficiente.
    Es la sociedad lo que está mal.
    Esperemos que nuestra generacion cambie esto y para la siguiente ya sea solo un mal recuerdo, porque mientras no vayamos mejorando siempre habrá todo tipo de voilencia hacia la mujer.
    Besooos!

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